INDÓMITOS
Galopo
en mis caballos negros,
indómitos,
negados
a ser sombras.
Curvan
su lomo arisco,
se
encabritan
dejan
flamear sus crines delante de mis ojos,
me
ciegan,
pero
abrazan mis manos para que me sostenga.
¡Se
me parecen tanto!
que
en brumas compartidas,
para
engañar la muerte,
nos
abrimos el pecho y nos damos la sangre,
como
ríos hambrientos…
como
tierra…
Para
cortar el filo de la noche,
para
apostarlo todo en la embestida,
para
no llevar marcas en la frente.
Susana Pombo
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